
La República Dominicana ha reconocido los beneficios ambientales del gas natural como el combustible fósil menos contaminante para la generación de electricidad, con emisiones de carbono significativamente menores en comparación con los productos derivados del petróleo y el carbón. Esta comprensión llevó al país a promover el uso de gas natural para la generación de energía, incluida la conversión de plantas basadas en petróleo a gas natural y la sustitución del fueloil por gas natural. Como resultado, la participación de la generación de electricidad a partir de gas natural en el país ha aumentado del 19,1% en 2009 al 40,9% en 2022, alineándose con los niveles observados en países como Perú y Chile.
Esta transición al gas natural ha jugado un papel importante en la reducción de las emisiones de dióxido de carbono en la República Dominicana entre 2009 y 2022. En particular, la conversión de plantas de fueloil a gas natural ha resultado en una reducción sustancial de las emisiones, acompañada de ahorros para el Sistema Eléctrico Nacional. Sistema Interconectado (SENI).
Sin embargo, la transición al gas natural no ha estado exenta de desafíos, principalmente debido a la inflexibilidad del mercado del gas natural, que a menudo implica contratos a largo plazo de tipo «take-or-pay». Estos contratos obligan a los compradores a pagar la cantidad total de gas natural, incluso si no lo utilizan para generar electricidad. Esto presenta riesgos para los generadores de electricidad, ya que deben pagar por el combustible que tal vez no puedan utilizar.
A diferencia de otros países, el regulador de la República Dominicana no ha adaptado completamente las regulaciones para abordar la inflexibilidad de los contratos de gas natural. En países como Chile y Perú, los generadores de gas natural pueden declarar sus costos variables como cero, tratando el costo del combustible como un costo fijo. Este ajuste regulatorio garantiza que los generadores de gas natural sean despachados primero, beneficiándose de una estructura de costos más flexible.
El artículo concluye sugiriendo que los generadores a base de petróleo pueden abordar sus preocupaciones adoptando un enfoque similar, reconociendo la tendencia global más amplia hacia fuentes de energía más limpias y menores emisiones de carbono. El artículo destaca la importancia de alinearse con esta tendencia y evitar potenciales impuestos a los combustibles basados en las emisiones de CO2 en futuras reformas tributarias.