El Instituto Nacional de Protección de los Derechos del Consumidor (Pro Consumidor) destruyó más de un millón de unidades de productos que no eran aptos para el consumo humano, y que habían sido confiscados en tiendas de varias provincias.

El director ejecutivo de la entidad, Eddy Alcántara, explicó que los productos incluían alimentos, bebidas no alcohólicas, cervezas, jugos, refrescos, leche, maltas, cigarrillos, whisky de contrabando y alcohol presuntamente adulterado, y que estos representaban un peligro para la salud y seguridad de los consumidores.

Estos productos fueron confiscados en operativos preventivos llevados a cabo en el último trimestre. La Ley 358-05 de Protección al Consumidor y la Ley 17-19 sobre la Erradicación del Comercio Ilícito, Contrabando y Falsificación de Productos Regulados establecen las normas para garantizar la seguridad de los consumidores.