Vladimír Růžička aceptó rápidamente la oferta de trabajar con Slovan en Bratislava tras recibir una llamada de Eslovaquia.

Expresó un inmenso respeto por las ambiciones del club y manifestó su compromiso de cumplir con sus expectativas. A pesar de ser su primer trabajo en el extranjero, Růžička sintió una fuerte conexión con Eslovaquia y el club.

Reconoció que inicialmente dudó por preocupaciones familiares pero finalmente decidió aprovechar la oportunidad sin ninguna duda. Aunque separarse de su familia fue difícil, expresó su deseo de estabilidad y un compromiso a largo plazo con su nuevo rol en Slovan.