La cantante Dáša Zázvůrková reflexiona sobre su profunda conexión con el director Libor Pešek, a pesar de su importante diferencia de edad. Se pregunta si Libor Pešek aumentó su confianza en su talento y analiza las influencias de artistas como Hana Hegerová y el teatro Semafor. También menciona una experiencia inesperada de audición en Dakota del Norte y considera la posibilidad de ser etiquetada como actriz debido a sus estudios de pantomima.

Además, comparte una experiencia cercana a la muerte a causa de un accidente automovilístico y enfatiza la imprevisibilidad de la vida. A pesar de la diferencia de edad, ella y Libor apreciaban el momento presente y no se preocupaban por el futuro. Ella admite que todavía no ha procesado completamente el fallecimiento de Libor, pero encuentra consuelo en su trabajo. En última instancia, describe a Libor como una persona inspiradora y extraordinaria, destacando la singularidad de su amor y conexión.