
Kate Moss, que ahora tiene 49 años, ha hecho la transición a un estilo de vida más saludable, pero ha luchado por abandonar los vicios de toda su vida. Alguna vez fue conocida como «la mayor fumadora de todos los tiempos», y según se informa fumaba entre 80 y 100 cigarrillos al día. A pesar de sus esfuerzos por dejar de fumar, su piel muestra signos del precio que le puede haber pasado el tabaquismo.
Fotos recientes de ella en Londres junto a su padre y su hermano han dejado a los fanáticos cuestionando su identidad, ya que parece muy diferente del modelo icónico que recuerdan. Algunos especulan que pudo haberse sometido a numerosos procedimientos o haber utilizado técnicas de posproducción para mantener una apariencia sin arrugas en los materiales promocionales, pero Kate Moss mantiene la boca cerrada sobre tales asuntos.
Su pasado estuvo marcado por fiestas salvajes, consumo de drogas (lo que le valió el apodo de «Cocaína Kate») y relaciones de alto perfil, incluidas aquellas con Johnny Depp y Jefferson Hack, con quien tiene una hija. Aunque enfrentó la rescisión de su contrato como modelo debido a un escándalo de drogas en 2005, luego volvió al centro de atención después de su rehabilitación. La hermana menor de Kate, Lottie, y su hija, Lila Grace Moss-Hack, también están siguiendo carreras en el modelaje.
