
El experto de la ONU William O’Neill expresó su profunda preocupación por el deterioro de la situación de los derechos humanos en Haití, particularmente en Puerto Príncipe, que se está extendiendo a otras regiones como Artibonite y el Noroeste. Destacó la prevalencia de la violencia diaria, incluidos asesinatos, lesiones y secuestros, así como la violencia sexual endémica contra mujeres y niñas. O’Neill también subrayó el terrible impacto en los niños, señalando que están soportando graves violaciones de derechos y enfrentando una situación humanitaria catastrófica, con acceso limitado a atención médica, agua, alimentos y educación.
El experto enfatizó que muchos niños, especialmente en áreas abandonadas y controladas por pandillas, sufren de desnutrición y corren el riesgo de ser reclutados por estas pandillas debido a la falta de oportunidades o al miedo. El disfuncional sistema judicial no protege a los niños en situación de riesgo ni procesa a los menores que entran en conflicto con la ley. Señaló las condiciones de hacinamiento e insalubridad de la prisión de menores de Puerto Príncipe, que exponen a los niños a enfermedades.
O’Neill destacó la necesidad de acciones judiciales nacionales para combatir la corrupción y la impunidad, además de las sanciones internacionales. Instó al Estado a desempeñar un papel fundamental en la reconstrucción del modelo social y económico para ofrecer oportunidades a los más vulnerables y, en última instancia, disuadir la migración masiva. También destacó la urgencia de poner fin al tráfico ilegal de armas, enfatizando que las mejoras institucionales y el fortalecimiento del estado de derecho son cruciales para el cambio a largo plazo en Haití.