Santiago. Monseñor Héctor Rafael Rodríguez, presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano, junto con el obispo Ramón Alfredo de la Cruz Baldera de San Francisco de Macorís, consideran irracional el intento de provocar un conflicto entre República Dominicana y Haití.

Mientras tanto, el arzobispo emérito Ramón Benito de la Rosa y Carpio de Santiago, respecto a la construcción de un canal de riego que potencialmente podría alterar el curso del río Masacre, cree que los recursos hídricos pueden ser compartidos pero se opone firmemente a su expropiación.

Respecto a los esfuerzos diplomáticos actualmente en marcha, el obispo Héctor Rafael Rodríguez, de la diócesis de La Vega, expresa esperanza de que conduzcan a un diálogo de alto nivel capaz de reducir las tensiones existentes entre República Dominicana y Haití.

Enfatiza lo absurdo de permitir que la construcción de un canal de irrigación desemboque en una guerra entre dos naciones vecinas. Monseñor Rodríguez está preocupado por la construcción del canal, que podría crear un problema importante entre los dos países. Subraya la interdependencia de ambas naciones, especialmente en términos de actividades comerciales y mano de obra.

El presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano enfatiza la necesidad de la diplomacia y espera que los esfuerzos diplomáticos en curso den como resultado un diálogo productivo para aliviar las tensiones.

Monseñor Ramón Alfredo de la Cruz Baldera, obispo de la diócesis de San Francisco de Macorís, ve el agua como un recurso vital y aboga por la armonía y el diálogo en lugar de la animosidad. Cree que es esencial mantener la coexistencia pacífica y el diálogo en lugar de promover el odio y el conflicto.

Señala que muchos dominicanos tienen una perspectiva que pasa por alto la existencia de instituciones y personas en Haití con quienes el diálogo es posible. Destaca la importancia de sentarse y hablar para resolver los problemas en lugar de buscar la confrontación.

Monseñor Baldera advierte que los conflictos derivados de la falta de diálogo son contraproducentes y subraya las pérdidas económicas que sufren tanto República Dominicana como Haití por el cierre del mercado binacional, siendo los más vulnerables los más afectados.

El arzobispo emérito Ramón Benito de la Rosa y Carpio de Santiago reitera la importancia de respetar los derechos de cada nación y al mismo tiempo reconocer la historia compartida de la isla. Pide diálogo y enfatiza que las guerras traen muerte y destrucción, destacando la necesidad de encontrar una solución equitativa a través de la negociación en lugar de favorecer a una parte sobre la otra. Espera que esta situación no desemboque en más crisis y anima a diferentes sectores a sentarse a la mesa de negociaciones.