Los expertos caracterizan el dolor como una señal de advertencia del sistema nervioso que indica un problema. Esta incomodidad, descrita por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EE. UU., puede manifestarse como sensaciones como pinchazos, hormigueo, escozor, ardor o malestar general. Puede ser aguda o sorda, intermitente o constante. Puede estar localizado en áreas específicas del cuerpo, como la espalda, el abdomen o la cabeza, o puede estar muy extendido. El dolor se puede clasificar en dos tipos: agudo y crónico. El dolor agudo surge repentinamente debido a una enfermedad, lesión o inflamación. A menudo se puede diagnosticar y tratar, y a veces se convierte en dolor crónico. El dolor crónico persiste durante un período prolongado y puede provocar problemas importantes.
Según datos recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada cinco personas en todo el mundo experimenta dolor crónico de moderado a intenso, y una de cada tres no puede mantener la independencia. Si bien los casos de dolor crónico son preocupantes, el dolor puede servir como herramienta de diagnóstico.
Para el dolor leve a moderado, los analgésicos orales de venta libre pueden ser efectivos. Estos medicamentos están fácilmente disponibles, son asequibles y tienen un riesgo mínimo de adicción, como se detalla en un artículo reciente en el Journal of the American Medical Association (JAMA).
Los «analgésicos orales de venta libre» son medicamentos no opioides disponibles sin receta, siendo los más comunes:
Acetaminofén (paracetamol): trata el dolor pero no reduce la inflamación.
Aspirina, ibuprofeno y naproxeno sódico: medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) que tratan el dolor y reducen la inflamación.
Si bien estos medicamentos se pueden comprar sin receta, es importante tener en cuenta que aún tienen efectos adversos potenciales. Lo ideal es que sean recomendados o prescritos por un médico y controlados adecuadamente. La aspirina, por ejemplo, puede ser útil cuando la receta un médico, pero cualquier medicamento, incluso sin receta, puede tener efectos adversos, lo que enfatiza la importancia de consultar a un profesional de la salud. Cabe señalar que algunas recetas también pueden contener analgésicos de venta libre. Para evitar exceder las dosis recomendadas de acetaminofén o AINE, es esencial informar a su médico si está tomando analgésicos de venta libre además de los medicamentos recetados, como se destaca en el artículo de JAMA.
El Dr. Javier Groppo, MN 149639, neurólogo del Sanatorio Otamendi y Miroli y del Centro de Parkinson y Trastornos del Movimiento, compartió sus conocimientos con Infobae sobre las distinciones entre varios tipos de dolores de cabeza. Explicó que las migrañas generalmente provocan un dolor punzante en un lado de la cabeza, acompañado de náuseas, sensibilidad a la luz y al ruido, y pueden durar de 4 a 72 horas. Los dolores de cabeza por tensión, por otro lado, a menudo causan una sensación de presión u opresión en ambos lados de la cabeza. Los dolores de cabeza en racimo menos comunes causan un dolor extremadamente intenso en un lado de la cabeza, cerca del ojo.
Entre los analgésicos de venta libre, el ibuprofeno y el paracetamol son los más vendidos, pero difieren en dosis y efectos. Para determinar cuál usar para síntomas específicos, la siguiente guía, avalada por la Biblioteca de Medicina de EE. UU. y la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) de Argentina, puede ser útil.
El ibuprofeno, un AINE (medicamento antiinflamatorio no esteroideo), actúa como antipirético para reducir la fiebre, alivia el dolor muscular y disminuye la inflamación. Sobresale en la reducción de la inflamación en el sitio de una lesión, lo que lo hace beneficioso para tratar el dolor muscular, las lesiones y las molestias menstruales. Tiene un efecto más rápido y duradero en comparación con el paracetamol, comenzando a trabajar a los 30 minutos de su consumo y con una duración de hasta seis horas.
Las desventajas del ibuprofeno incluyen efectos secundarios como malestar estomacal y el riesgo de úlceras y quemaduras en las mucosas cuando se usa diariamente durante más de dos semanas. Puede causar hemorragia interna, aunque rara vez, y reduce la capacidad del cuerpo para coagular la sangre, lo que la hace menos adecuada para heridas o hemorragias significativas. No se recomienda para personas con problemas hepáticos o estomacales, y está prohibido durante el embarazo, excepto durante la lactancia. Se debe tomar después de las comidas y no se debe exceder la dosis ni la duración prescrita.
Las recomendaciones para el uso de analgésicos AINE incluyen:
Consulte a su médico o farmacéutico antes de tomar un AINE si está embarazada, tiene antecedentes de hemorragia gastrointestinal o úlceras, enfermedad hepática o renal, presión arterial alta, ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca, accidente cerebrovascular o si consume 3 o más bebidas alcohólicas regularmente.
Hay múltiples concentraciones disponibles; lea la etiqueta del paquete para identificar la dosis recomendada.
Los efectos secundarios comunes son náuseas, acidez estomacal y mareos. Es recomendable tomar AINE con alimentos o leche para reducir los efectos secundarios gastrointestinales.
El sangrado gastrointestinal, las úlceras y la perforación estomacal/intestinal son efectos secundarios raros pero graves de los AINE. Los factores de riesgo incluyen tener 60 años o más, tomar medicamentos anticoagulantes o esteroides orales y tener antecedentes de hemorragia gastrointestinal o úlceras.
En cuanto al ibuprofeno y el naproxeno, el artículo señala que «aumentan el riesgo de infarto, insuficiencia cardíaca, presión arterial alta y accidente cerebrovascular, especialmente en pacientes con antecedentes de enfermedad cardiovascular». Este riesgo puede manifestarse poco después de comenzar a tomar estos medicamentos y puede aumentar con dosis más altas y un uso más prolongado.
Por otro lado, el paracetamol es un analgésico y antipirético que se usa para tratar el dolor y la fiebre, incluido el dolor de cabeza, menstrual, dental y por quemaduras solares. Afecta los nervios y los receptores cerebrales, comienza a funcionar dentro de los 45 a 60 minutos y dura aproximadamente 4 horas. Si bien no afecta el estómago, el consumo excesivo puede ser dañino.
Las desventajas del paracetamol incluyen su inadecuación para personas con problemas hepáticos o sensibilidad a sus componentes, ya que puede dañar el hígado. Sin embargo, tiene la ventaja de ser el único fármaco considerado seguro durante el embarazo.
Las recomendaciones antes de usar acetaminofén (paracetamol) incluyen:
Consulte a su médico o farmacéutico antes de tomar acetaminofén si tiene una enfermedad hepática, toma un medicamento llamado warfarina o bebe 3 o más bebidas alcohólicas al día.
Está disponible en múltiples puntos fuertes; lea la etiqueta del paquete para identificar la dosis recomendada.
La sobredosis de paracetamol puede causar insuficiencia hepática y muerte; aquellos que experimentan una sobredosis intencional o accidental necesitan atención médica de emergencia.
La aspirina cae dentro de la categoría de los salicilatos, y su mecanismo de acción consiste en inhibir la producción de ciertas sustancias naturales que provocan fiebre, dolor, inflamación y formación de coágulos sanguíneos, según indica el NIH. Se prescribe para aliviar los síntomas de la artritis reumatoide, la osteoartritis, el lupus eritematoso sistémico y otros trastornos reumáticos específicos. Cuando se toma sin receta, la aspirina se usa para reducir la fiebre, aliviar el dolor leve a moderado (como dolores de cabeza, molestias menstruales, artritis, dolor de muelas y dolores musculares), prevenir ataques cardíacos en personas con episodios previos o angina, reducir la riesgo de muerte en aquellos que han experimentado un ataque al corazón recientemente, y prevenir accidentes cerebrovasculares isquémicos o mini accidentes cerebrovasculares en personas que han tenido tales accidentes cerebrovasculares anteriormente.
Antes de consumir aspirina, hay recomendaciones esenciales a tener en cuenta:
Desde 2012, se recomienda precaución con el uso de la aspirina en dosis más bajas (100 miligramos o 75 miligramos), comúnmente utilizada con fines preventivos. En algunas personas, puede elevar el riesgo de hemorragia. Por ello, en la actualidad se prescribe de forma preventiva principalmente a quienes han sufrido un infarto, un ictus o presentan factores de riesgo específicos. Tomar aspirina en combinación con anticoagulantes, antiinflamatorios, corticosteroides o en personas con hemofilia aumenta la probabilidad de sangrado. Esta advertencia la hizo el Dr. Alberto Cormillot (MN 24518), reconocido médico argentino especializado en obesidad, educación para la salud, redacción y cátedra.
Los cardiólogos recomiendan aspirina para personas con obesidad, hipertensión, diabetes, colesterol elevado, fumadores, hombres mayores de 50 años, mujeres mayores de 60 años y son más cautelosos a partir de los 70 años. Sin embargo, esta recomendación es muy individualizada. Si ha estado siguiendo los consejos médicos, es fundamental que los revise periódicamente con su médico.
Hay que tener en cuenta ciertas precauciones:
Los analgésicos, especialmente los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, deben usarse durante un tiempo limitado, especialmente para personas con afecciones como enfermedades hepáticas como la cirrosis, ya que algunos analgésicos pueden dañar el hígado y provocar necrosis y alteración de la función de los órganos.
Las personas con enfermedad renal deben tener precaución, ya que algunos analgésicos pueden afectar la función renal.
Las personas con antecedentes de reacciones alérgicas deben evitar el fármaco que desencadenó su reacción anterior.
Se debe tener precaución en personas con trastornos hemorrágicos o predisposición al sangrado, o aquellas que han experimentado episodios hemorrágicos previos, como sangrado digestivo o úlceras, ya que muchos analgésicos pueden aumentar el riesgo de sangrado.
En cuanto al consumo de aspirina de venta libre:
Busque atención de emergencia si experimenta urticaria, hinchazón facial, dificultad para respirar, mareos intensos o reacciones cutáneas como enrojecimiento, sarpullido, ampollas o descamación de la superficie de la piel.
Si tiene dolor que dura más de 10 días a pesar del uso diario de analgésicos orales de venta libre, comuníquese con su médico.
Los analgésicos orales de venta libre pueden provocar reacciones alérgicas graves que requieren atención médica inmediata.