Santo Domingo.- El doctor José Miguel Cruz Arias, médico patólogo y actual presidente de la Asociación Centroamericana y del Caribe de Patología, afirmó que a pesar de su impacto en las estadísticas de los sistemas de salud, el cáncer de cuello uterino se ubica como la tercera causa de muerte en nuestro país. Esta información se basa en datos de 2019 reportados por el Instituto Nacional del Cáncer Rosa Emilia Sánchez Pérez de Tavares (Incart), que funciona como el centro de atención primaria del cáncer dentro del Servicio Nacional de Salud.
“En nuestra nación, las estadísticas de cáncer de cuello uterino ocupan el segundo lugar después de los casos de cáncer de mama. Sin embargo, según datos del INCART de 2019, el cáncer de cuello uterino ocupó la cuarta posición a nivel mundial como causa de muerte. Cifras similares se reflejan en el Instituto de Medicina Dr. Heriberto Pieter. Oncología (IOHP)», compartió.
El doctor enfatizó que en el campo de la patología, cada vez es más común encontrar casos de cáncer de cuello uterino en etapas avanzadas. Anotó: «Cada vez se identifican más pacientes jóvenes con cáncer de cuello uterino, lo que refleja las deficiencias de detección que permiten la progresión de la enfermedad. Esta escalada en la morbilidad y la mortalidad genera costos elevados para el sistema de atención médica».
A pesar de la alta incidencia de cáncer de cuello uterino, el Ministerio de Salud Pública está implementando la política 90-70-90. Esta política tiene como objetivo vacunar al 90 por ciento de las niñas menores de 15 años contra el Virus del Papiloma Humano (VPH), el agente causal de la enfermedad con alta prevalencia entre la población sexualmente activa. Posteriormente, se administra al menos una prueba para evaluar el riesgo de desarrollar la enfermedad, y el 90 por ciento de las pacientes diagnosticadas con cáncer de cuello uterino deberían tener acceso al tratamiento.
Explicó que dado que esta enfermedad neoplásica impacta significativamente en los sistemas de salud y se atribuye al Virus del Papiloma Humano, la vacunación activa entre los grupos de riesgo mediante la administración de vacunas incluidas en el Programa Ampliado de Vacunación (PAI) arroja resultados positivos a mediano plazo. Por ello, instó a los padres a vacunar a sus hijas.
La especialista destacó la importancia de fortalecer los programas de educación en salud iniciados por las autoridades competentes para sensibilizar a la población sobre la importancia de los controles periódicos para las personas sexualmente activas.
“Los programas de vigilancia epidemiológica deben revisar los casos que progresan a etapas avanzadas de la enfermedad, identificando posibles fallas en la detección, el manejo clínico o la comprensión pública de la importancia de los controles ginecológicos de rutina”, afirmó.
También enfatizó que el sector privado de la salud debe desempeñar un papel implementando la cobertura de los métodos de diagnóstico establecidos, como la prueba del genotipo del VPH. Este enfoque podría reducir significativamente el gasto de recursos, concentrándolos en pacientes infectados con cepas de VPH de alto riesgo que tienen más probabilidades de desarrollar cáncer avanzado.
“Debo enfatizar que la alta prevalencia actual de cáncer de cuello uterino es injustificada. Sigue siendo una de las pocas condiciones neoplásicas que se pueden prevenir a través de la vacunación, además de estrategias de detección temprana que brindan herramientas esenciales para una intervención oportuna”, concluyó.