La última película del director Matěj Chlupaček, «Dawn», se estrenó mundialmente en el Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary y ya está ampliamente disponible. La película, un drama histórico moderno, aborda una variedad de temas, desde el contraste entre las sociedades industriales y rurales hasta una investigación policial que involucra la intersexualidad, los prejuicios y las nociones de modernidad. Sugiere que, a pesar del paso del tiempo, muchos prejuicios que existían hace casi un siglo aún persisten hoy.

Sin embargo, el ambicioso intento de la película de explorar estos diversos temas da como resultado una sobrecarga de contenido, lo que dificulta que cualquier tema se desarrolle completamente y sea coherente dentro de la narrativa de la película.

Ambientada en 1937, la historia gira en torno a Alois, el director de una fábrica en desarrollo, y su esposa Helena, quienes llegan a una nueva ciudad con el sueño de una vida mejor. Sus esperanzas se desvanecen cuando se descubre en la fábrica un recién nacido muerto con rasgos intersexuales, lo que genera teorías de conspiración e investigaciones. Sólo Helena, con sus conocimientos médicos, busca la verdad detrás de la muerte del niño.

«Dawn» combina diferentes temas y géneros, incluidos elementos detectivescos y contrastes sociales entre capitalistas educados y trabajadores sin educación. Sin embargo, la narración de la película en ocasiones es inconexa, con abundantes diálogos y monólogos que intentan explicar cuestiones de género e intersexualidad.

A pesar de sus desafíos narrativos, la película sobresale visualmente, con excelente diseño de vestuario, peinados, accesorios e iluminación y cinematografía distintivas que capturan la atmósfera de la era de la Primera República con los Tatras como telón de fondo. La película transmite eficazmente tanto las esperanzas de los personajes como la inminente devastación de la Segunda Guerra Mundial.

Eliška Křenková ofrece una actuación destacada en la película, mientras que Miloslav König y el resto del reparto también lo hacen admirablemente. El director Matěj Chlupaček, un cineasta joven y prometedor, muestra su talento pero se le anima a centrarse en un número más limitado de temas en sus futuros trabajos en lugar de intentar cubrir demasiado terreno.