El comportamiento inusual de la deuda pública en 2020 se debió a la crisis económica y sanitaria provocada por el Covid-19, que obligó al gobierno, tanto el que finalizó el 16 de agosto de ese año como el que comenzó a partir de esa fecha, a sacar en su mayoría préstamos externos para hacer frente a gastos extraordinarios en un escenario de economía cerrada. A los gastos inherentes a la lucha contra la pandemia se sumaron las subvenciones y ayudas.

Para 2021, ya buscando la normalidad económica, la deuda siguió creciendo pero a un ritmo más lento. A medida que la economía comenzó a recuperarse con una tasa de crecimiento del 12 %, la proporción de la deuda con respecto al PIB se redujo al 50,4 %, una disminución de alrededor de 6,2 puntos porcentuales. El saldo fue de US$ 47.672,2 millones, lo que significa que aumentó en US$ 3.049,9 millones, un incremento de 6,83%.

Esta tendencia del crecimiento absorbiendo parte del incremento de la deuda, que “paga sin depositar”, continuó en 2022 y en el período de enero al 23 de febrero de 2023, cuando la relación deuda/PIB cayó al 45,5% y 45,1%, respectivamente, con mayores saldos de deuda contraída. Los montos fueron de US$51.854,5 millones al 31 de diciembre de 2022 y US$54.556,1 millones al 23 de febrero.

De 2019 al 23 de febrero la deuda pública aumentó en US$ 18.613,6 millones, un incremento de 51,78%. El componente externo, que en 2019 representó el 65% de la deuda pública total, aumentó en US$15.047,1 millones, equivalente al 64,35%, para finalizar el 23 de febrero de 2023, representando el 70% de la deuda pública total de República Dominicana. Por su parte, el componente interno de la deuda pública aumentó durante el período analizado en US$ 3.566,4 millones o 28,39%. El componente de la deuda interna disminuyó del 14,1% del PIB en 2019 al 13,3% en febrero.