Según un informe emitido por el Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES), las pérdidas colectivas de energía durante el período de enero a mayo de 2023 constituyeron el 40,6% de la energía contratada. Esto se traduce en que se pierden aproximadamente 41 de cada 100 gigavatios hora (GWh) de energía que obtienen las empresas distribuidoras de electricidad (EDEs). En este período, las EDE adquirieron un total de 7.028,1 GWh de energía. Sin embargo, una parte de 2.449,6 GWh no se pudo facturar, lo que significa la cantidad de energía perdida.

El análisis CREES indicó que la relación entre estas dos cantidades ascendió a una pérdida de 34,9% en general. Asimismo, durante este mismo lapso, las EDE lograron facturar servicios correspondientes a 4.316,2 GWh del total de 4.578,6 GWh facturados. En consecuencia, quedó un desnivel de 262,1 GWh de energía no captada, equivalente al 5,7%. La suma de estos dos porcentajes dio como resultado la pérdida total de energía acumulada del 40,6 % durante el período especificado. El estudio también destaca la necesidad de reformar el sistema de distribución de electricidad para aliviar la carga financiera que implican las transferencias en curso destinadas a subsidiar a las EDE. Actualmente, el control del sector público sobre la distribución de electricidad restringe los incentivos para que las EDE funcionen de manera óptima sin depender de la ayuda financiera estatal.

La reforma propuesta se centra en identificar vías para disminuir la dependencia de los recursos de los ciudadanos, ya sea a través de los impuestos vigentes o de préstamos futuros. Tal transformación en el sistema de distribución no solo aliviaría la presión sobre las finanzas públicas, sino que también fomentaría operaciones más efectivas y sostenibles dentro del sector energético, beneficiando a los consumidores y a la nación en general.