La Franja de Gaza, en particular Rafah, ha quedado casi inhabitable después de soportar tres meses de guerra implacable. La extensa ofensiva aérea, terrestre y marítima del ejército israelí contra Hamás ha provocado una destrucción generalizada y ha desplazado a dos millones de habitantes de Gaza.

La ciudad de Rafah, que alberga a un millón de personas desplazadas, es testigo de cómo las familias soportan duras condiciones en tiendas de campaña improvisadas durante el invierno, enfrentando hacinamiento, cortes de energía y escasez de alimentos y agua.

Los residentes luchan contra el aumento de los precios, y artículos básicos como las patatas ven su costo diez veces mayor. Son habituales las largas colas para conseguir suministros esenciales, como pan, lo que refleja las terribles circunstancias. El Secretario General Adjunto de Asuntos Humanitarios de la ONU, Martin Griffiths, advierte sobre niveles sin precedentes de inseguridad alimentaria y una hambruna en ciernes.

El conflicto, iniciado por un ataque de Hamás contra Israel, ha provocado un importante número de muertos, grandes daños y una grave crisis humanitaria, dejando a Gaza al borde de ser considerada «inhabitable».

El impacto de la guerra ha sido particularmente traumático para los niños, que sufren escasez de alimentos y agua, falta de educación y la constante amenaza de guerra. A pesar de los desafíos, algunos habitantes de Gaza lamentan la decisión de iniciar el conflicto y reconocen las crisis económicas y humanitarias que enfrentan ahora.

La migración parece una consideración para algunos, pero las restricciones impiden a los habitantes de Gaza salir del enclave, incluso con visas válidas para otros países.