La República Dominicana ha planteado constantemente su preocupación por la crisis y la inestabilidad en el vecino Haití durante sus recientes intervenciones en la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU). La última crisis gira en torno a la construcción de un canal de riego por parte de personas y empresas haitianas, desviando aguas del río Masacre hacia su territorio, en violación de un Tratado de Paz de 1929. A pesar de las posibles repercusiones económicas, sociales y diplomáticas, el presidente Luis Abinader ha mantenido cerrada la frontera dominicano-haitiana. Se espera que Abinader aborde esta grave situación en la Asamblea General de la ONU, enfatizando que no hay una solución dominicana a los problemas de Haití e instando a una intervención internacional.

En asambleas anteriores de la ONU, Abinader había llamado a los países más grandes a ayudar a las naciones vulnerables de la región, incluido Haití. En 2021, destacó la crisis política y social, la violencia y la inseguridad de Haití, afirmando que los haitianos por sí solos no podían pacificar su país. Abinader propuso centrarse en restaurar la seguridad en Haití para permitir elecciones libres, justas y confiables. En 2022, planeaba abordar el empeoramiento de la crisis en la ONU, pero no pudo asistir debido al huracán Fiona. El Ministro de Relaciones Exteriores dominicano, en representación de Abinader, enfatizó la desesperada situación que vive Haití, donde la violencia ha llevado a la fragmentación social y la falta de cohesión.

Abinader ve ahora la Asamblea General de la ONU como la plataforma para encontrar una solución a la crisis diplomática entre República Dominicana y Haití. Sostiene que el problema haitiano ya no es responsabilidad exclusiva de Haití sino también un asunto que debe abordar la comunidad internacional.