El Miércoles de Ceniza marca el comienzo de la Cuaresma, un período en el que los católicos se preparan espiritualmente para la Pascua, la festividad cristiana más importante.

La tradición de recibir una cruz de ceniza en la frente simboliza el arrepentimiento y la reflexión sobre la mortalidad, como se menciona en el pasaje bíblico, «Porque polvo eres, y en polvo volverás» (Génesis 3:19). Según el padre Juan Francisco Ilario Abad de la parroquia San José, este gesto subraya la naturaleza fugaz de la vida y la naturaleza infinita de Dios.

La Cuaresma dura 40 días y concluye el Viernes Santo e involucra diversas actividades como el Vía Crucis, ayuno, procesiones y servicio comunitario.

El Vía Crucis representa las 14 caídas de Jesús en su camino al Calvario, y la Cuaresma concluye con retiros, la Misa Crismal y las ceremonias de lavado de pies. A pesar de que el Miércoles de Ceniza coincide con el Día de San Valentín, el padre Abad enfatiza que los verdaderos católicos priorizan la observancia espiritual sobre las celebraciones seculares, ya que la Cuaresma es un tiempo para preparar los corazones para la Pascua.