Al contrario de lo que ocurre en las clínicas, cada vez más los hospitales realizan partos vaginales, muy recomendados por los médicos especialistas por el bienestar tanto de la madre como del bebé.

Según el repositorio de información y estadísticas del Servicio Nacional de Salud, desde 2019 los partos naturales lideran los centros médicos públicos en cuanto a nacidos vivos. En ese año hubo 63.089 partos naturales y 54.793 partos por procedimientos quirúrgicos.

En 2020, las cifras se mantuvieron consistentes con 61 488 partos vaginales y 49 984 cesáreas. En 2021 hubo 62.711 partos naturales y 54.368 cesáreas.

Para 2022, los datos acumulados arrojaron 61.516 partos vaginales y 53.064 cesáreas.

La tendencia ha continuado en el presente año, con 22.693 partos vaginales y 21.221 cesáreas de los 43.914 nacimientos registrados en el país hasta mayo.

Según los datos proporcionados por la institución, el Hospital Materno Infantil Reinaldo Almánzar ha realizado el mayor número de partos vaginales, con un total de 2.037. Sin embargo, el mismo hospital, ubicado en Ciudad de la Salud, Dr. Evangelina Rodríguez de Villa Mella, también lidera en número de partos por cesárea con 2,461.

Otros hospitales con cifras destacadas son la Maternidad San Lorenzo de Los Mina, que registró 1.636 partos vaginales, y el Hospital Nuestra Señora de La Altagracia con aproximadamente 1.515.

En otras regiones, el Hospital Presidente Estrella Ureña de Santiago de los Caballeros lidera con 1.359 partos. En la provincia de La Altagracia, el hospital del mismo nombre ubicado en la zona de Higüey registró 1.039 partos, mientras que el Hospital Jaime Mota de Barahona tuvo 795, el Hospital Francisco Antonio Gonzalvo de La Romana 726 y el Hospital Alejandro Cabral de San Juan tenía 701.

Si bien las cesáreas pueden salvar la vida de las madres y los recién nacidos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) enfatiza que solo deben realizarse cuando sea médicamente necesario. El procedimiento, que implica una incisión en la parte inferior del útero, puede provocar complicaciones y discapacidades significativas y, en algunos casos, incluso la muerte, especialmente en entornos sin instalaciones adecuadas o experiencia quirúrgica para manejar posibles complicaciones.

La OMS también destaca que las tasas de cesáreas superiores al 10 por ciento no resultan en una reducción de los indicadores de mortalidad materna y neonatal. Los expertos consideran apropiadas las cesáreas cuando el bebé está en una posición anormal, hay signos de sufrimiento fetal o el trabajo de parto es prolongado.