El 10 de octubre, la policía de Praga respondió a un informe sobre una bolsa sospechosa en la Plaza Wenceslao después de las 17:00 horas. Evacuaron a numerosas personas de la zona y cerraron las carreteras. El transporte en tranvía también se vio interrumpido debido al cierre policial. Se llamó a un pirotécnico para evaluar la situación y se determinó que la bolsa no contenía explosivos, lo que llevó al levantamiento de todas las restricciones.