Las dudas y el humor han surgido a partir de una información difundida por una prisión de Atlanta, que sugiere que el expresidente estadounidense Donald Trump pesa 97,5 kilogramos. Este peso es significativamente menor de lo que informaron los médicos de la Casa Blanca en 2020 después de su último examen médico durante su presidencia. Los datos formaban parte de un expediente penitenciario hecho público después de que Trump se entregara a las autoridades de Georgia, donde enfrenta cargos relacionados con interferencia electoral. El documento también indicaba que su altura era de 190 centímetros.

Muchos comentaristas han señalado que estas cifras están más en línea con el peso y la altura de los jugadores de fútbol profesionales o incluso recuerdan al legendario boxeador Muhammad Ali durante su mejor momento.

Los medios y el público reaccionaron con escepticismo y humor ante la supuesta pérdida de peso de más de diez kilogramos de Trump, dadas sus conocidas preferencias por las hamburguesas y los refrescos y su limitada participación visible en actividades físicas.

Vale la pena señalar que los datos en el registro penitenciario parecen haber sido informados por él mismo por Trump, en lugar de medidos in situ.

Las discrepancias en los pesos y alturas reportados de Trump y sus coacusados también han planteado dudas sobre la exactitud y los orígenes de la información. Por ejemplo, el registro de prisión inicialmente indicaba que el peso del coacusado de Trump, Rudy Giuliani, era inferior a 81 kilogramos y su altura era de 175 centímetros, pero estos números se cambiaron posteriormente a 104 kilogramos y 180 centímetros sin explicación.