Los principales desafíos en el proceso de adopción son los prejuicios y tabúes sociales que lo rodean. Amelia Paniagua, jefa del Departamento de Adopciones del Consejo Nacional de la Niñez y la Adolescencia (Conani), explica que cuando un niño ingresa al sistema de protección, el primer paso es investigar su situación para determinar si la adopción es una opción viable.

Conani evalúa cuidadosamente las razones detrás de la decisión de dar al niño en adopción y evalúa si es lo mejor para el niño estar bajo su cuidado. El principal objetivo de la institución es garantizar que cada niño, niña y adolescente pueda crecer dentro de su familia biológica siempre que sea posible. Cabe recalcar que la adopción es una excepción y Conani se esfuerza por mantener a los niños con sus familias biológicas, siempre que sea seguro para ellos.

Cuando un niño ingresa al sistema de protección, se lleva a cabo un proceso de investigación. Algunos niños ingresan al sistema por negligencia de los padres, entrega voluntaria de los padres o situaciones de vulnerabilidad. Es fundamental agotar el proceso de investigación para determinar si existe una familia idónea dentro de los parientes biológicos del niño que pueda cuidarlo.

Amelia Paniagua señala que la adopción no es solo un proceso legal sino también psicológico. Requiere que los posibles padres adoptivos pasen por varios pasos, que incluyen entrevistas, pruebas psicológicas y evaluaciones de trabajo social. Estas evaluaciones se llevan a cabo en el entorno familiar de los futuros padres e involucran interacciones con parientes colaterales para determinar su idoneidad como padres.

El proceso para las personas que presentan su solicitud de adopción puede demorar de dos a tres años. Los niños de varias edades, desde recién nacidos hasta los 18 años, son considerados para adopción.

Una vez que Conani determina que una pareja es apta para la adopción, se les presenta un perfil que incluye fotos del niño, junto con informes médicos y psicológicos. Los solicitantes tienen derecho a aceptar o rechazar al niño en función de esta información. Es importante señalar que Conani no tiene un catálogo ni trata a los niños como mercancías. Priorizan encontrar una familia adecuada para el niño en lugar de proporcionar un niño ideal para la familia.

Amelia Paniagua destaca que el objetivo de Conani es encontrar familias para los niños en el sistema de protección, centrándose en el bienestar del niño y no en las preferencias específicas de los posibles padres adoptivos.

Una vez que concluye el proceso de investigación y un niño se convierte en candidato para la adopción, puede ser emparejado con una familia cuya idoneidad ya se haya determinado. Sin embargo, muchos niños en el proceso de adopción tienen algunas condiciones de salud, lo que puede prolongar el proceso de colocación, ya que no todas las familias están dispuestas a adoptar a un niño con necesidades médicas específicas.

Los niños mayores de 7 años tienen menos probabilidades de ser ubicados con una familia, pero Conani continúa sus esfuerzos para encontrarles un hogar adecuado.

De acuerdo con la Ley 136-03, solo Conani, como ente rector, está autorizado para supervisar todo el proceso de adopción.

El sistema de adopción y Conani enfrentan desafíos relacionados con los prejuicios y tabúes sociales en torno a la adopción. Las personas a menudo dudan en discutir el proceso de adopción abierta y libremente, y existe el temor de acercarse a la institución para preguntar sobre el proceso.

Amelia Paniagua destaca que Conani se esfuerza por agilizar el proceso de adopción al tiempo que se asegura de que se sigan los pasos necesarios para determinar la idoneidad de las futuras familias. Sin embargo, hay casos en que las personas permanecen en la lista de espera durante mucho tiempo debido a sus preferencias específicas por un niño, que Conani no puede acomodar ya que la adopción es un acto de amor y aceptación, no un servicio personalizado. El proceso requiere cuidado, educación y, sobre todo, amor por el niño que ya ha vivido el rechazo.

Una vez que el niño es colocado con la posible familia adoptiva, comienza un proceso de socialización supervisado de una semana bajo la supervisión de Conani. A esto le sigue un período de convivencia obligatorio de 60 días establecido por la ley, durante el cual Conani monitorea el desarrollo del niño y el progreso de la familia.

Conani tiene la autoridad para sacar al niño del hogar adoptivo si existe alguna preocupación por alguna violación. La evaluación de idoneidad considera no solo los aspectos físicos, sino también los factores psicológicos para determinar si los futuros padres son capaces de proporcionar un entorno enriquecedor para el niño.

Si bien la solvencia económica no es un requisito previo para la adopción, los ingresos financieros de los solicitantes se evalúan como parte de la documentación requerida para evaluar su capacidad para mantener al niño. Sin embargo, las personas con un nivel económico bajo a medio aún pueden adoptar siempre que demuestren los medios económicos para mantener al niño, además de cumplir con otros criterios como tener un espacio físico adecuado en el hogar y buena salud.

Amelia Paniagua enfatiza la importancia de demostrar buena salud a través de un certificado médico, ya que a personas con condiciones médicas críticas no se les puede confiar un niño debido a los riesgos potenciales para el bienestar futuro del niño.

El proceso de adopción está abierto a parejas casadas y no casadas. Las parejas en una relación de derecho consuetudinario pueden solicitar la adopción proporcionando un documento de derecho consuetudinario notariado y legalizado por la Oficina del Fiscal General. Las personas solteras también son elegibles para adoptar.

Conani cuenta con centros acreditados para la realización de pruebas psicológicas, y su labor cuenta con el apoyo de juzgados especializados en niñez y adolescencia del país. La aprobación de la adopción la realiza un tribunal especializado en niños y adolescentes. Conani maneja el proceso administrativo antes de que se proceda al proceso de adopción judicial.

Amelia Paniagua exhorta a la ciudadanía a romper tabúes y aceptar al niño, niña o adolescente que se le asigne, enfatizando que no hay niños personalizados disponibles para adopción.