Hay ciertas enfermedades que requieren tratamientos que van desde RD$2,000,000 hasta RD$17,000,000 por año por paciente.

Dalia Michel está luchando valientemente contra un cáncer agresivo que se ha extendido a otros órganos y tejidos, incluidos los pulmones y los huesos. Su tratamiento es exorbitantemente costoso, hasta el punto de que incluso con un salario mínimo de RD$12,900 del sector no formal, necesitaría trabajar continuamente durante tres años solo para cubrir los medicamentos de tres meses.

Para acceder a las pastillas que le salvan la vida, Dalia se desplaza a un punto de despacho del Programa de Medicamentos de Alto Costo, que es la quinta entrega de su medicación. El costo del tratamiento del cáncer de mama para cada paciente puede oscilar entre RD$2,056,172.52 y RD$4,658,557.26 anuales, según información de la Dirección de Acceso a Medicamentos de Alto Costo. El programa brinda medicamentos gratuitos a 16.540 personas, incluida Dalia, a quienes se les diagnostican enfermedades catastróficas y no pueden afrontar la carga financiera.

El programa incluye un catálogo de 116 moléculas, con medicamentos como Bevacizumab, Capecitabine, Palbociclib y Ribociclib que se usan comúnmente para pacientes con cáncer. Entre los beneficiarios, el 42% padece algún tipo de cáncer, y solo los gastos por tratamientos oncológicos constituyen el 14% del presupuesto anual del programa, actualmente en torno a los 8 mil millones de pesos.

Los pacientes diagnosticados con cáncer de pulmón enfrentan costos aún mayores para sus terapias, con tratamientos anuales como pembrolizumab 100 mg/4 ml y mesilato de osimertinib 80 mg que ascienden a RD$8,143,000.00 y RD$5,381,820.00, respectivamente.

A pesar de la carga económica, personas como el esposo de la señora Librada Fermín continúan recibiendo tratamiento para el cáncer de pulmón a través del Programa de Medicamentos de Alto Costo, que tiene como objetivo brindar una atención efectiva y continua a los segmentos vulnerables de la población, atendiendo cualquier desinformación o duda.

“El programa brinda una asistencia importante a la población que no puede pagar el tratamiento. El hecho de que trabaje no significa que pueda pagarlo”, afirmó el viceministro de Salud Colectiva del Ministerio de Salud Pública.

Entre los beneficiarios del programa, el 60 por ciento son parte del régimen contributivo, mientras que el 40 por ciento restante son del régimen subsidiado.

Destacó la importancia de brindar tranquilidad a los beneficiarios asegurando la continuidad del programa y garantizando que los ya inscritos seguirán recibiendo los medicamentos necesarios. Adicionalmente, expresó el compromiso de admitir más pacientes en el futuro.

Con respecto a las quejas de los nuevos postulantes y la existencia de una lista de espera, reconoció que a medida que se ha ido ampliando el programa, los médicos también han ido derivando más pacientes, lo que genera mayores tiempos de espera. Destacó que se priorizan las consideraciones éticas, asegurando que no se quiten los medicamentos a los beneficiarios actuales para acomodar a los nuevos, pero también asegurando que los que ya están en el programa sean totalmente apoyados.

Para muchos pacientes, el período de espera puede ser crucial, ya que cada minuto cuenta para las 3333 personas que se encuentran actualmente en la lista de espera. Algunos se han enfrentado a retrasos desafortunados, lo que ha provocado que el programa llegue demasiado tarde para ayudar, según informan las fundaciones de pacientes.

El caso de Antonia Peñaló es único. Diagnosticada con hepatitis C hace más de una década, inicialmente solicitó asistencia médica cuando el programa se conocía como el «Programa Protegido». A pesar de intentarlo varias veces, no fue aprobada debido a que priorizó a otros con necesidades más urgentes. Ante la falta de recursos para el tratamiento, adoptó un estilo de vida saludable, que pareció ayudar a controlar la enfermedad. Recientemente, volvió a solicitar el programa y fue aceptada, ahora en tratamiento, con pruebas previstas para determinar su eficacia en tres meses.